¡Cuantas veces miro mis rosales,
los lilos frondosos,
perales, cerezos, y manzanos que tengo en mi huerta!
¡Es tan lindo sentirlos crecer con sus hojas verdes
brillantes y frescas!
Cuando en primavera, me deleito oliendo el aroma
que nace muy denso de sus ramas bellas,
siento en mí el placer más sublime
que emana la tierra.
Pero presurosa, yo camino al final del sendero,
¡y allí, en un extremo, se encuentra… mi higuera!
Me detengo y la miro despacio.
Está triste, porque nunca sus ramas
de flores se visten.
Yo me acerco, y pegando mis labios a ella
susurro mimosa…
eres tú, el árbol más bello de toda mi huerta.
Y en la madrugada,
cuando el aire acaricie su cuerpo,
le dirá con profundo cariño…
Hoy a mí, con amor infinito, me dieron un beso.
Muy lindo este poema, me recuerda a los ricos higos de un pueblecito llamado Cadalso, que te pensabas que los higos no valían y luego que ricos y que buenos estaban, ya sabes a por higos que ya ni puntos tienen. Muy bonita tu poesia.
ResponderEliminarbesos. Susy.
Con esta preferencia que tenemos por esta fruta tan rica, ¿como no hacer una poesía a la higueraa? se tiene merecido ese honor.
ResponderEliminarBesitos a todos.
Muy bonita la poesia que has puesto sobre la higuera, la verdad es que es un arbol muy atractivo y el fruto es riquísimo, sobre todo cuando están recien cogidos de la higuera por la mañana temprano, me recuerda cuando yo era niña y por mi tierra había unos higos estupendos, pero por aquí ya no son los mismos. Besos, Laura.
ResponderEliminar¡Ah, la pequeña "patria" de cada uno encierra tesoros importantes en el recuerdo!
ResponderEliminarMe alegra que mi poesía te trajera a la mente vivencias agradables.
Besitos y gracias por tu comentario.