Te regalo en el día de San Valentin mi último dibujo a pastel y este pequeño relato, con el deseo que el amor sea siempre lo mejor en tu vida.
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¡Lo importante
no es vivir, me dijo, sino que la vida vibre en ti!
Esa reflexión
se quedó grabada en mi memoria a lo largo de los años.
El estaba ahí,
en los recuerdos de mi niñez, como un obelisco impresionante que todo el mundo
mira con respeto y admiración, pero cuando eres muy joven no prestas atención
hasta que llegas a la madurez, y entonces lamentas no haber absorbido con
plenitud cuando aún era tiempo la enseñanza de cada una de sus palabras e
informaciones. Hablaba despacio y cada vez que lo hacía era como poner en tus
manos una jugosa fruta madura del árbol de la sabiduría. Todo era importante
para el. La vida y sus acontecimientos naturales pasaban a través de su mente
de una forma sublime y clara, donde todo era inocuo y perfecto. Vivía cada brizna
de hierba que emergía en el campo en cualquier estación del año como un gran
acontecimiento. Bebía con deleite el agua de cualquier riachuelo que bajaba de
la montaña dando gracias a la naturaleza por ello Él era Naturaleza plena:
Indomable, insaciable, indestructible. Muchos atardeceres me sentaba a su lado
y observábamos como se ocultaba el sol en el horizonte. Era como un éxtasis
para él, se sumía en un largo silencio mirando ese arcoiris de colores que se vislumbraba
a lo lejos: unos instantes mágicos que el día nos regalaba para deleitarnos con
su belleza. El miraba esconderse el sol en el horizonte: yo le miraba a él, en
silencio, porque sabía que pasado esos momentos me contaría algún hermoso
relato lleno de magia y misterio. Era como si le inundara una luz prodigiosa y
necesitara eclosionar en palabras. ¡Cuánto recuerdo aquellas tardes de verano
cuando el calor iba dando paso a esos atardeceres maravillosos en su compañía!
Pero un día se
apagó, lentamente, como muchas estrellas, sin que apenas nadie lo notara. Pero
el se quedó para siempre en mi corazón, y estoy segura que alrededor de su
tumba cada primavera nacerán las flores más bellas que la naturaleza pueda
regalar.